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 desÀrtic 

Ártico, El poder de la belleza; Desde siempre hemos rendido culto a la belleza. Los artistas trataban de recrearla porque de esta manera sus obras eran más valoradas, les proporcionaba prestigio, continuidad y trabajo. 

Cada civilización ha ido estableciendo su canon de “Belleza”, en el cual apelaban a la proporción, claridad y armonía, conceptos asociados desde siempre a la belleza. Todo lo que es bello a de ser necesariamente bueno, al menos así lo creían los griegos, incluso uno de ellos, Euclides (325 a. de C. – 265 a. de C., matemático y geómetra) hizo un estudio del número áureo, también llamado “Proporción Áurea”.

La Proporción Áurea: Representadapor la letra griega Phi = 1,618034 en honor al escultor griego Fidias es unnúmero descubierto en la antigüedad. Con el objetivo de encontrar una explicación matemática a la belleza.

 

Cuánto esfuerzo por representar algo que la Naturaleza hace de un modo natural, manteniendo un perfecto equilibrio y armonía en todos sus ecosistemas, compensando y ajustando la balanza para que todas las especies puedan coexistir. ¿Todas? Sí, todas menos una: la nuestra. Nuestra especie se empeña constantemente en no respetar el espacio que ocupa, en sobreexplotarlo, expoliarlo y someterlo. Lomismo que a los animales. Me pregunto: ¿Quién nos ha puesto al mando? ¿Quién nos da el poder de hacer o deshacer?

 

Desde la antigüedad hasta hoy, los artistas consciente o inconscientemente buscan la belleza ayudándose de la proporción áurea, intentando generar aquello que la Naturaleza hace por si sola. No estaría de más aprender de ella y tratar de adaptarnos a sus ciclos en lugar de luchar constantemente contra ella, máximecuando sabemos que no podemos ganar. Sólo es cuestión de tiempo que nuestras acciones tengan sus consecuencias, de hecho el cambio climático es una realidad.

 

Las perforaciones en el Árticohan destrozado un frágil ecosistema. Y si se han suspendido, no han sido por los millones de voces que se han mostrado contrarias a la petrolera angloholandesa Shell, sino por los malos resultados económicos obtenidos de tal actividad. Es importante recalcarlo, porque la paralización del proyecto no es fruto de la reflexión y del buen juicio, sino de los escasos, cuando no nulos, beneficios económicos. Pese a esta paralización, el impacto causado ha afectado, afecta y afectará a la fauna marina.

 

Cuando imagino el Ártico, lo hago pensando en un gran espacio, inmenso, blanco, frío, solitario, silencioso, inhóspito y, a pesar de todo lo anterior, muy hermoso. Con vida animal sobre su superficie, también debajo de ella. Algunos de estos animales están cubiertos con hermosos pelajes blancos y plateados, otros con pieles resbaladizas y húmedas. Son especies endémicas que sólo se encuentran de un modo natural allí, en el Ártico, donde el cielo y el agua se funde en azules que van desde el añil, pasando por el cian para acabar con un misterioso azul ultramar o quizás sea un azul de Prusia. Así me lo imagino, no necesito verlo ni estar allí. La imaginación es un gran recurso que nos permite verlo todo sin necesidad de poseerlo.

 

Esperemos que, como propone Greenpeace, el Ártico sea declarado un “santuario”, para que finalmente esté protegido y los artistas podamos seguir imaginándonoslo por siempre jamás. 

 

montserrat pérez.

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