Es un conjunto de 7 piezas de gran formato. El hilo conductor es el color blanco en todas sus tonalidades y texturas con las cuales intento rendir tributo a ese magnifico e inhóspito paraje “el Ártico”, en el cual una nueva fiebre por el petróleo se ha desatado. Por eso he decidido destinar el 20% de cualquier tipo de ayuda o subvención que reciba este proyecto a Greenpeace, para contribuir en sus campañas contra la explotación del Ártico.

Mi trabajo se desarrolla prácticamente interrelacionando varias disciplinas, por mi formación de pintora muralista como de diseñadora textil, me interesa el volumen y la textura como parte de la experimentación a la que muchas veces aplico técnicas pictóricas. En cada proyecto que realizo busco una nuevo camino para investigar. En este caso lo hago a través del mural textil.

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El proyecto finalmente no vio la luz tal como lo tenía concebido y se transformo en un encargo de decoración para el restaurante japonés Mifune Neko.

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En la actualidad el espíritu y la filosofía de Àrtic siguen vivas dando lugar a desÀrtic Proyecto colectivo que cuenta con el soporte y colaboración de Greenpeace y del Centre Cívic Sagrada Familia.